domingo, mayo 05, 2024

P. no me quiere. Debo olvidarme de él. Todo esto ha llegado demasiado lejos. No significo nada más que un cuerpo al que le depositan un deseo erótico. Me hiere constantemente, apuñalando mi pecho una vez más.
Sueño con la visita de mi padre y el rostro perturbador de J. L. Cadáveres que acarician gatos. Yo, temerosa ante el exterior. Otros dos sueños angustiosos, primero a las 05:05, luego a las 07:07 a.m.; olvidados por la represión.
Sueño con S. y la adicción de E., figuras que no son más que sombras. Ansío aislarme silenciosa, pero R. quiere ver mi bello rostro sufriente. Su voz me hace saltar de los nervios. No estoy encinta de P., él lo sabe. Probablemente sea ese el motivo de mi inapetencia. 
¿Por qué mi tonto enamoramiento me hace sentir tan estúpida? ¿Por qué no puedo dejarlo y, por el contrario, me entrego a la violencia de su mano? ¿Por qué sigo escribiendo sobre él? ¿Por qué lo quiero aunque todo esto me haga sentir tan triste?

Amor:
Huye,
como un caballo de carrera muerto.

EL FIN.