Hacía tiempo que no lloraba por P.
La angustia volvió, repentina, anoche.
Después de conversar con mi psicoanalista.
Después de su hipótesis.
Después de haber leído,
y de haberme enojado
por la injusticia, la censura, los medios...
La lista es larga.
II – No pude
Escindir la cara del amor de la del deseo.
Amé también el cuerpo, la carne, la fragilidad.
Y me detengo —o me reprimo— ahí.
III – La prolongación del ayuno
Catorce o quince horas.
Ahora, el sol masticado.
La comodidad dentro de la ropa.
Los adornos, las otras caras,
o ninguna realmente.
Los planes.
El futuro.
El verano interrumpido.
La novedad.
La vida que sigue.