La extraccionista, curiosa, no obtuvo una respuesta verdadera. Estaba allí, en gran medida, por P. y su miedo a la paternidad.
Al llegar a casa, le conté lo sucedido con lujo de detalles. Probablemente no se interesó demasiado. P. tocaba su instrumento junto a R. Casi nunca quería hablar conmigo.
Me pregunto si seguirá dándole vueltas a aquella frase filosófica, histórica: "Es el oficio del tiempo".