lunes, mayo 26, 2025

Es lunes. Finalmente puedo decir que no le escribí a P. por su cumpleaños. Tampoco estuve pendiente de N. ni de S. El sábado fue un día como cualquier otro, al que se le sumó un momento angustioso; nada más que eso. 
P. venía continuamente a mi mente, pero me repetía a mí misma que no podía saludarlo. Antes solía estar muy presente, sobre todo en las fechas importantes. Aprovechaba al máximo mis oportunidades de expresar mis mejores deseos y mi afecto. Pero ya no puedo hacerlo, porque él tomó la decisión de alejarse de mí. 
He de confesar que, cuando lloré, fue porque recordé cada una de sus frases terminantes e hirientes. P. se enojó mucho conmigo, y creo firmemente que restringió su actividad en línea por mí. Está claro que no tengo certezas, y nunca sabré el motivo real de sus desapariciones, pero puede ser una posibilidad. 
O no soy tan importante.
Ayer leí el último comentario que hizo, el día de su cumpleaños, y opino que sigue la línea que caracteriza sus interacciones virtuales. 
Hoy vi un saludo y unas fotos que me empujaron a escribir nuevamente: 
P. en el escenario, sosteniendo su instrumento y mirando sonriente hacia un costado.
P. junto a M.
P. tocando su instrumento.
P. junto a R.
P. entre luces verdeadas. 
P. en una foto que recuerdo haber dibujado.
P. de cuerpo entero y con la boca entreabierta.
P. vistiendo un sweater calentito. 
Me detuve tres veces en cada imagen, como si pudiera sentirme a su lado, observarlo detenidamente como solía hacerlo, como si pudiera ver su cara, tocar su sweater, oler el perfume de su piel. 
Antes de todo esto, cuando volvía del trabajo y pasé por el lugar donde nos encontrábamos, pensé que ya nunca va a poder ser lo que era, ni siquiera algo distinto o con otra forma. 
Él no estaba ahí esperándome, y dentro de algunos meses tampoco estaré yo. 
Eso fue todo, no hay más. 
Cuando no reprimo mis sentimientos por él, empiezo a sentirme tan triste —tan, pero tan triste— como la inspiración de McCartney en Another Day.
Antes de hundirme, tomaré una bocanada.