Orgasmo fantasioso.
Ningún episodio de llanto aún.
Decidí refugiarme en la cama, agotada.
Me pregunto si podré dialogar con P. acerca de nuestros encuentros y cuidados. ¿Iré al médico? Imposible tomar una decisión sola. Supongo que todavía no es el momento indicado para tener esta conversación.
Espero ansiosa el llamado de A.
¿Cómo no poner en duda un afecto que desaparece ante mi malestar emocional? ¿Importa realmente lo que me pasa?