Hace dos días le expresé a P. mi deseo de vernos mensualmente, como solíamos hacer. Él no respondió, aunque tampoco esperaba que lo hiciera. Me gustaría buscarme en su mente y encontrarme ahí. ¿Qué piensa de mí? ¿De qué manera me desea? ¿Me recuerda húmeda?
Vuelve a inquietarme la idea de imaginar a P. con otra mujer. No me desespera como en otros momentos, pero despierta en mí profundas inseguridades. Ahora logro refugiarme en pensamientos claros y alejarme de mis ideas obsesivas. Pienso en esto porque soy completamente suya desde que nuestros labios se fusionaron por primera vez. Estoy con él, aun cuando no lo estoy.
Supongo que jamás me dirá que me corresponde de la misma forma, que él también está conmigo. Pero si me dijera que está con alguien más, me dolería demasiado. Podría alegrarme o destruirme, así que prefiero la incertidumbre.