Es de madrugada.
Pienso en P.
Mi corazón se rompe
y simplemente lloro.
Sus manos,
su mirada,
sus besos.
Su atención
momentánea.
Es catastrófico
saberse indeseado,
inexistente
para otro.
Puedo observarlo,
detenidamente,
escucharlo.
Su huida me golpea
con máxima crueldad.
¿Por qué no me quiso?
¿Por qué no cuidó mi amor?
¿Y por qué lloro
mientras él duerme?
¿Por qué mi mente se ancla al pasado,
y sus palabras me lastiman todavía?