Ayer me enteré que la madre de J. está esperando un varón. También vi una imagen de J., en la que le falta un diente. Esto me llevó a pensar en la paternidad de P., con angustia. Y en momentos que compartimos juntos. Recordé la frialdad con la que se despedía de mí después. Pero esto no tiene sentido, porque mi historia con P. llegó a su fin. Todos sus malos tratos son cosa del pasado, y ahora soy libre. Ahora puedo elegir otro camino que no implique sufrimiento, otros proyectos que no estén involucrados con un hombre tan dañino para mí. Ya nadie más me insultará al estar conmigo, nadie me ignorará, nadie me destrozará emocionalmente. Nadie me hará sentir culpable. No recibiré comentarios pasivo-agresivos ni críticas constantes. De ahora en más, estaré bien. Aunque me hubiera gustado recibir una disculpa por todo el daño que me causó... Pero estoy escribiendo sobre P., y nada sano puede provenir de él. Es abusivo, fin de la discusión. Como cuando traté de hablar con él acerca de cómo me había sentido al ser insultada, y me manipuló, una vez más. ¿Qué se puede esperar de un burro más que una patada?
Anoche hablé con A. sobre mi corte de pelo. Dijo que me quedó lindo y que lo había cortado bien. Le pedí que me describiera en tres palabras, y él dijo: "inocente, demasiado inocente". Ya habíamos tenido una conversación seria, y esperaba apreciar mi desnudez. Ante mi queja, respondió que "estoy volviendo" y asumió que él ya me enamoraría. A. es un hombre chistoso.
En la oscuridad, leí sobre el eneatipo 5. Ya me había sentido identificada con el uno y el dos, pero esta vez me ocurrió algo extraño al leer algunas características. Ni siquiera terminé. Estaba agotada. Me refugié en la cama sin comer, incumpliendo algunas tareas que me había propuesto para el día. Esta mañana desperté exaltada, temerosa.
Había tenido una pesadilla agorafóbica después de bastante tiempo. Tardé en recuperarme, preguntándome qué me habría afectado conscientemente para haber soñado eso. Al salir de mi nuevo trabajo, me perdía entre calles turbias, extremadamente peligrosas. Creí que me matarían, estaba asustada y no encontraba la manera de volver a casa. Pesadillas recurrentes, que terminan siempre igual.