Apenas después de una hora de sueño, me despierto con el pecho empapado en sudor frío. Escucho una conversación ajena sobre la felicidad mientras mis ojos lloran sin control. Recuerdo mi salida nocturna, mi mirada fija en alguien cuyo semblante se asemejaba al de l'homme parfait. Hasta hace dos semanas, era parte de mi mundo luminoso, pero ahora su indiferencia me causa un sufrimiento inexplicable.
Durante horas interminables, mi único sustento ha sido el pellejo de mi labio inferior, dejando una línea sensible de carne viva. Cuento los minutos para la próxima sesión de psicoanálisis, con la esperanza de poder enfrentar mi pena. Soy mi propia piedra en el zapato, mi pie derecho amputado, la principal causa de mi propio desconsuelo. "Help me if you can, I'm feeling down". Sueño con P., con un calambre en mi mano derecha. Lloro hasta que la luna se vuelve borrosa. En total, tres horas aisladas de descanso.
"Soy tuya, Dios lo sabe por qué, ya que comprendo
Que habrás de abandonarme, fríamente, mañana"
STORNI
Gotas de sangre apenas visibles en la oscuridad. Continencia. Dificultades para introducir en mí cualquier contenido sexual, todo me provoca asco, especialmente las palabras. Me siento como un cuerpo nauseabundo y mortificado. El movimiento de las nubes se asemeja al temblor de mi pierna; si pudiera tocarlas, mis dedos se desharían del placer de no existir.
"And anytime you feel the pain
Hey, Jude, refrain
Don't carry the world upon your shoulders"
Los Beatles, nuevamente alejándome de mis fantasías mortíferas y peligrosas. Mis ojos se humedecen al escuchar "Yesterday", pero me esfuerzo por contener las lágrimas. Cepillo mi pelo ondulado y me atrevo a mirar unos ojos tristes en el espejo durante dos milisegundos. Por primera vez, no me abstengo totalmente de la comida durante veinticuatro horas, y mis papilas gustativas sienten algo extraño, un amargo sabor.
En exactamente tres semanas estaré viajando a Buenos Aires. Mi mente se aferra a pensamientos angustiosos como nunca antes. Sé que ÉL nunca podrá amarme de la misma manera en que yo lo amo. No corresponderá a mis sentimientos ni será capaz de sostener mi alma en sus manos. Mi corazón está destinado a vivir en el silencio de la soledad.
Un pajarito inerte descansa bajo la sombra de un árbol. Veo el nombre de P. escrito en una pared cercana. La palabra "suicidio" resuena en mi mente al menos tres veces. ¿Es el suicidio mi destino? Observo una hoja seca caída en el suelo y un poema escrito por un autor desconocido, dedicado a una mujer llamada Blanca. Una intensa pena me embarga, capaz de derrumbarme en un instante. El sonido de las voces a mi alrededor me irrita sobremanera. Experimento malestar estomacal durante la ingesta de alimento. Escucho a una mujer a lo lejos diciendo "quiere la vida, quiere vivir". Deseo ser brutalmente atropellada. He tenido una arcada al sentir una acumulación de saliva en la boca. La última vez que me pasó estaba con P.