Relación sexo-afectiva, relación fantasiosa o relación puramente sexual. Pienso en las tres opciones que me planteó A. en nuestra sesión del lunes.
Despierto en la madrugada, armo mi valija para el vuelo del domingo. Pienso en ÉL, y en el encuentro que pactamos. Quedan cuatro días para volver a besar sus labios, su cuello, su sexo.
Decido continuar con la lectura de Simone de Beauvoir, esfuerzo por no apartarme de sus palabras. Son las seis y cuarenta de la mañana, y llevo dos horas insomne.
En la lejanía, unas rendijas luminosas contrarrestan el cielo azul oscuro. En mi mente, los deseos de P. se mezclan con los míos. Un obstáculo: la distancia. Aunque han pasado tres meses desde nuestro único encuentro, seguimos deseándonos.
Mi cuerpo, sensibilizado, se rinde ante la fantasía de intimar con l'homme parfait. Planificación, una fecha y un horario. ¿Pasará? Sueño con su indiferencia. Salida distractora al exterior. Al regresar, imagino mi cuerpo desnudo sobre el suyo. Deseo.