sábado, marzo 30, 2024

Su imagen distante en mis sueños me hace despertar inquieta. Leo sobre la soledad en el silencio de la mañana y practico yoga para liberar mi mente, lográndolo hasta cierto punto. Me ocupo de una lista de tareas pendientes, igual que ayer. La rutina me estructura, me instala siempre en medio de dos vórtices.
Recuerdo mi conversación con A. en la tarde de ayer. Me preguntaba acerca de las lágrimas que escapaban de mis ojos. ¿Acaso era la necesidad de protección y cuidado emocional la raíz de mi llanto? Por la noche, reflexionaba al respecto, recordándome solitaria en las tardes, jugando o aburriéndome. Intentaba imaginar a mi madre allí pero no lograba hallarla.
La distancia e indiferencia de P. me recuerdan mi propia frialdad. Escribo sobre ello y lloro, como si se me escapara la vida. Su afecto momentáneo me elevó al cielo y luego me arrojó al suelo con su desaparición. Preparativos para un momento que jamás llega. No encontrarlo me desespera.
¿Habrá sido la expresión de mi afecto el motivo de su huida? ¿Habrán sido los poemas de Storni, los escritos de Pizarnik, mis cartas de amor, mis dibujos? ¿Habrá sido mi inocencia o mi lujuria? ¿Habrá sido mi ternura joven? Pensar en esto despierta en mí una angustia incontrolable. 
¿Por qué el vacío se intensifica cuando desaparecen sus caricias, su mirada dulce, su atención? ¿Por qué nada me distrae de este sentir? ¿Por qué me culpo por SER? ¿Por qué no concibo más que el fin de un vínculo que no comprendo? ¿Por qué no puedo abrazarme como él lo hace? ¿Por qué necesito sus palabras? ¿Por qué escribo sola? ¿Por qué no estoy con él ahora mismo? Lo habré atosigado, estará harto de mi presencia. Y ni siquiera dije "te quiero". 
Falta. Ausencia. Separación. Parto. Individuo. Dependencia. Emociones en juego (A.). Intercambio de energía. Sexo. Afecto. Hola. Astronauta (P.). Apellido. Herida. Tronco del árbol. Borrones. Corazones. Amor. Cuidado. Riesgo. Intensidad. Nosotros (también somos esto). ÉL. yo. Todo. Nada.
Amor.
Amor.
Amor.