Atrapada entre cuatro paredes, yaciendo en la comodidad de la cama, no encuentro explicación alguna para mi angustia. "Algo me quema, me destroza", respondí a la pregunta de A. sobre cómo explicaría mi dolor. Algo me ensucia, me golpea, me sacude. Es tristeza, es insomnio, es falta de apetito. Mi mente comienza un monólogo sobre mis dificultades existenciales y no encuentro salida.