Ingiero alimento después de veinticuatro horas. Salida al exterior. Mi mente repite dos palabras durante aproximadamente tres horas: quiero suicidarme.
viernes, marzo 01, 2024
Vueltas interminables en la cama. En mi mente, la imagen de un hombre y una mujer se entrelaza con palabras compuestas por garabatos. Restos de lágrimas en mi rostro. ¿Podría mi psicoanalista salvarme de mí misma?, me pregunto si debería acudir a ella antes de que sea demasiado tarde. Frío, calor e incomodidad. Horas efímeras de sueño, apenas tres; el hombre tiene el descaro de indagar sobre mi insomnio. Siento dolor al respirar, como agujeros en mi pecho y mi estómago. Me castigo, me desarmo, me siento amputada. Me retuerzo y sufro en silencio. Resisto la tentación de lastimarme. ¿Qué diría A.? El costado luminoso no me atrae tanto como la muerte. Un gusano pequeñito padeciendo de ceguera, o quizás soy yo misma, perdida en la oscuridad total.