Me odio, me detengo en mi rostro y mi cuerpo infantil y me odio. Me alejo de P., ya que mis deseos no podrán ser satisfechos a causa de mi malestar. Mi fantasía se ve casi derrumbada, mi autoimagen negativa me lleva a pensar nuevamente en el suicidio. Siento una profunda angustia al no poder ver nada bueno en mí. Me pregunto por qué P. me besó aquella vez. Se habrá rendido ante mi insistencia. ¿Por qué miente al decir que quiere verme? ¿Por qué juega con mis sentimientos?
Paseo familiar en Torremolinos. Despedidas. La llovizna no tarda en llegar. Los gatos independientes y el mar embravecido logran calmar mi vista y mi mente. Me viene la sensación inminente de partida. Pronto me iré de este mundo (de este país). Me sorprende la aparición de S. mencionando la palabra "cita". El ruido de la lluvia despierta mi deseo de encontrarme con P.