viernes, junio 13, 2025

Teatralización

He leído los comentarios que estuvo haciendo P., y no pude evitar reírme de su ingenio. Pero ahora, de madrugada, comienzo a pensar en la enorme cantidad de energía psíquica que volcó en la política. 
Justo cuando me preguntaba si seguía vivo, parece responderme que sí, y que además está muy enojado.
Pero no sé hasta qué punto lo hizo como respuesta, o si soy yo, de nuevo, la que se enreda en su obsesión neurótica.
Me acuerdo de un video que había publicado una ex novia suya: P. manejaba por la ruta, sonreía y cantaban una canción juntos.
También lo imagino conviviendo con S. hasta separarse.
No sé, esta cosa suya de la evitación...
No quiero llorar. Tengo que dormir con urgencia.
¿Justo P. habla de amor? 
Claro, hablar desde el lugar de "el pueblo" no tiene nada que ver con el amor real, privado. De hecho, él no puede —ni pudo nunca— corresponder a las mujeres que lo aman. Soy fiel testigo de eso. 
Huye de un amor concreto y disponible, y se vuelve hiriente. Necesita destruir todo. No puede, o no sabe procesar el amor. Solo evacúa emociones, como la ira, pero no puede pensar por qué se enoja tanto, de forma tan desmedida.
Teatralización. Eso es lo que estuvo haciendo en público últimamente. 
Exagera, dramatiza como un histérico que quiere ser visto. Grita para llamar la atención. Monta una escena en la que él aparece profundamente afectado por cuestiones políticas. Está indignado. El otro es el enemigo, y él se posiciona como defensor. 
Vuelca toda su intensidad en cuestiones externas para evitar el encuentro íntimo.
Quizás lo enoja que alguien lo quiera. 
O quizá lo que lo perturba es mi tono fúnebre, el poema de Ajmátova. 
Tal vez eso es lo que reprime: el amor... y la muerte.
Me siento incómoda, como si tuviera calor. El insomnio, otra vez. No poder parar. 
¿Y si P. simplemente está afectado por la política, y ya? 
¿Y si toda esa teatralización no tiene nada que ver conmigo? 
Ya es viernes, de noche. 
Pronto será mi cumpleaños.
Mis últimos pensamientos van dirigidos hacia P., hacia su descarga violenta, narcisista y sobreactuada. Está desbordado, furioso. Usa palabras como "nadie", "carga", "olvido", "esclavo". Se proyecta.
"Usted nunca será nadie", "usted no es nadie ni nada"... 
Desplaza al otro, defensivamente, algo que él mismo siente. 
Paradójicamente, yo lo hago alguien a través de mi escritura. 
Y eso puede resultarle insoportable. 
Me ha tratado como "nadie", también.