P. me leyó y, entonces, borró el comentario.
Aquel en el que fantaseaba con el sexo oral de una, y despreciaba la maternidad de otra.
No creo que haya sido casual.
¿Se sintió observado? ¿Se avergonzó?
¿Entendió que se le había ido la mano, o se dejó vencer?
II – La confusión
Dormí seis horas.
Soñé con P. También con R.
Estaba escribiéndole un mensaje.
Esperaba.
Todo era incierto.
Una escena musicalizada,
que no terminé de entender.
III – La incomodidad
Salí al exterior.
Me daba el sol en la cara.
Había mucha gente.
Miraba al piso. No quería encontrarme la cara de P.
Mis pies se movían al ritmo del tango, sin saberlo.
IV – Las tra(d)iciones
A lo lejos, escuché Creo, de Callejeros.
En un momento, todo se enrareció.
La alegría ajena. La infancia. La familia. Padres con hijos.
El hijo de P. en la espalda alta de otro hombre.
El "Himno a la Alegría".
Yo, desencontrada, desencajada.
La cultura. Las raíces. La patria.
Una reconexión fallida.
No estaba ahí.
P. tampoco.