domingo, junio 15, 2025

Un domingo infértil

I – P. y su paternidad
Hoy me desperté más tarde que ayer. Habíamos quedado en ir a almorzar a la casa de mi tía. Incluso hice una lista con todos los pasos necesarios para prepararme. Pero no tuve voluntad.
Vi una foto de P., sosteniendo a su hijo en brazos. Lo miraba con ternura. Me angustió. Eso, o el mensaje público que le dedicó S., deseándole feliz día del padre. Recordé cosas. Cosas que no encajan.

II – El dolor 
Hace tiempo que no voy a esa casa. La última vez fue el 19 de enero. Al día siguiente, P. me bloqueó. 
Pensé que, quizás, si iba, podría distraerme. Pero emocionalmente preferí quedarme.
Estoy sola. Hay silencio. El mismo silencio de cuando le escribía mensajes sin parar a P. Pero esta vez, no lo estoy haciendo.

III – La decisión
Estructuro mi día en función de las comidas. No tuve voluntad para maquillarme ni fingir. Es probable que pase el día comiendo chocolates y lidiando con mi sensibilidad. 
Lo pensé, lo confieso: escribirle un mensaje a P. para desearle feliz día. Pero no quiero caer tan bajo. Está claro que él significa mucho más para mí de lo que parece.
Hay garabatos azules en cursiva, inteligibles a la corta distancia. 
Seguiré escribiendo, como vía posible de consuelo.