martes, septiembre 10, 2024
Pesadilla persecutoria. Error grave. Comienzo a pensar que la raíz de mi equívoco accionar no es más que mi inconsciente adicto a la solitud y al sufrimiento. Si quisiera estar con un hombre y mantener intimidad con él, haría otro tipo de actos que me lleven hacia ese punto. Supongo que, en realidad, no quiero estar con P., ni quiero verlo. Es chocante, porque percibo que mi sentir es oscuro. Además, P. es el hombre ideal porque encuentra todos mis defectos, y puede ser muy hiriente con sus palabras. Era ideal porque bastaba verlo una vez mensualmente, y luego me sentía inexistente. Ideal porque es frío, y carece de deseo. Ideal porque parece que me odia, que soy un monstruo para él. Ideal porque no viene corriendo a mis brazos, porque no quiero que eso pase. Ideal porque no tiene sexo conmigo, y me hace sentir horrible. Es ideal, porque es imposible. Me atrae irresistiblemente. Cuanto más se aleja, más lo anhelo. Es un círculo vicioso, y de ninguna forma podría amarlo. Todo lo que hay en mí es una obsesión por la autodestrucción. Sé perfectamente que no puedo estar con él, y eso me excita. No quiero que me abrace, ni que me bese, ni que me toque. No quiero nada de P. No quiero que me quiera ni que me desee. ¿Sería muy fuerte escribir que lo quiero lo más lejos posible?