lunes, septiembre 30, 2024

Soñé con T., y con P. Son las cinco de la mañana: un gato entró por mi ventana, y un pajarito se puso a cantar. Estoy nerviosa.
Finalmente, he visto a P. (acto fallido, en realidad hablo de T.) Compartimos tres momentos juntos. Como agradecimiento por su ayuda, le regalé un chocolate. T. opinó que aquel gesto era lindo, y me abrazó.
A veces, me angustio exageradamente. Quisiera tanto leer palabras de P., y sumergirme en su mirada. Por el contrario, tengo que conformarme con los ojos celestes de T. Hablamos mucho, además.
En la mayoría de nuestras conversaciones, me siento ahogada. No quiero hablar dos o tres horas con T. No quiero aceptar su "cita". No quiero perderme a mí misma por nadie más, bastante me costó llegar a este punto.
Descansaremos del trabajo juntos, conversaremos y nos reiremos. No sucederá nada más, porque quiero a P. Aunque él no sienta deseos de verme o hablar conmigo aún, lo esperaré. Quiero respetar a P., y quererlo sanamente.