Recibí un sorpresivo mensaje de S., preguntándome cómo estaba anímicamente y qué proyectos tenía. También me contó los suyos. Fue algo extraño, no entiendo si surgió a raíz de lo sucedido con R. la semana pasada. Dicho sea de paso, continúo en aislamiento desde entonces. Hablé con mis padres y tuve noticias de M. Es por esto último que comencé a preguntarme cómo escaparé de mi malestar para funcionar físicamente mañana.
Pude tomar un baño sin angustiarme al encontrarme desnuda. Estoy menos ansiosa que al despertar; de hecho, me siento un poco cansada. No sé por qué despierto a las cuatro de la mañana, pero por suerte, supongo que estos días lograré descansar normalmente. La habitación huele a palo santo, y prendí una vela para sosegarme aún más. Me enfocaré en el trabajo; quizá eso me ayude a desapegarme.