domingo, agosto 25, 2024
Me avergüenza confesar que anoche, mientras me masturbaba, llamaba a P. Le pedía por favor que hiciera algo, y al toparme con su nada, mi orgasmo se retrasaba. Deseaba solamente que besara mi desnudez, y que pusiera su sexo en mi boca. P. estaba mudo, y yo me introducía en una orgía de solitud y oscuridad. Podía ver su rostro entre las sombras, pero aquel no era acariciado por mí; ni su torso ni su entrepierna. Todo fue muy extraño y displacentero. A raíz de esto desperté de madrugada, y ya no pude volver a dormir. En su lugar, me entretuve trabajando. Supongo que es lo que hace P., ¿no? Entretenerse para no excitarse.