miércoles, agosto 28, 2024

Luego de dos largas semanas, hablé con A. No mencioné las palabras de P., ni las de R. Por el contrario, aparecieron J. y D. Enseguida, A. notó en mí una enorme felicidad. Dijo "deseo", y yo asentí. Todo terminó muy bien.
Otro desencuentro más. Mi monte púbico descubierto de protección. Tiempo deseoso perdido. Ultimátum triste. Insignificancia e invisibilidad. No puedo luchar más, aunque el tiempo apremie. Debo ser una tumba. Si no callo, cometeré los mismos errores.
En fin, poco tiempo angustioso a comparación del día silencioso. Tengo que descansar, y evitar que reaparezcan los pensamientos catastrofistas de siempre. Me prohíbo llorar de nuevo. No puedo controlar ninguna situación más. No debería lastimarme.