A. dice que le fascino y quiere besarme. Hace tiempo no conversábamos. Habla de sexo oral, mi cara se transforma y grita que extraño a P. No quiero tener, ni siquiera hablar de prácticas sexuales hoy. Menos con A. Con nadie, en realidad. Abandoné la conversación, sublimando mis pulsiones sexuales una vez más.