lunes, diciembre 16, 2024
Dieciocho horas de ayuno, esta vez se le fue la mano. Son ahora cerca de las cinco de la mañana, y una figura ajena acaricia a un gato en medio de la oscuridad. La figura, medio herida, medio moribunda, se hace de silencio. La figura sedienta, somnolienta, en busca de calor humano. La figura solo quiere ser reconocida en su ternura, afectuosamente. La figura tiene apenas cinco o seis años, y reposa en la más honda soledad. Aprende que está destinada a morir de angustia diariamente. Dickinson cruza sus pensamientos; bien podría ser Pizarnik, Storni o Vilariño. Condenada a una eterna vida de desdichas. La figura fantasiosa conoce los terrores más fríos. Vive de noches y cenizas.