domingo, enero 28, 2024

Inicio de una mañana que no promete luego de las dificultades para conciliar y mantener el sueño. Mi inconsciente me ha demostrado que tengo mucho contenido rondando por mi cabeza además de P.: yo, empática con una adolescente embarazada, abrazándola al borde de las lágrimas. Yo, sin palabras ante un cuestionamiento religioso, pues no hay fe que me saque de aquí. Yo, llegando a casa y encontrándome a mi madre.
Necesito enfrentarme al mundo aunque haga frío y abrazarme a una ilusión que me aleje del malestar. Todo lo construido ayer parece desvanecido hoy, como mi vínculo con P. que se ha desarmado de un día para el otro. Una necesidad urgente de aferrarme a él, de cometer los mismos errores una y otra vez, de apurar al tiempo. Un sentimiento de pena muy intenso mientras mi mente y mi cuerpo se despabilan. 
Recordando el sueño del puñal en el pecho y esa imagen recurrente mientras, por las noches, me recuesto en posición fetal, lastimándome a mí misma; ha aparecido una secuencia real en mi mente. Yo, en la guardia de un hospital debido a un aplastamiento del tórax cuando de repente aparece una mujer mayor en silla de ruedas, goteando sangre desprendida de su espalda por un apuñalamiento. La última efigie que conservo de la mujer es la de ella sentada en una camilla mientras un enfermero le colocaba un vendaje o algo similar. Comienza a sonar la voz de Paul McCartney en "I’ve Got a Feeling". 
Tarde de orgasmos, lectura y aburrimiento. Todo lo vivido con P. estas tres semanas vuelve a pasar por delante de mis ojos, haciéndome sentir triste nuevamente. Es el silencio de la soledad el que me provoca una angustia sin igual, mientras estoy en medio de la dualidad cama-techo. Tres meses después afirmo que sí, lo que me duele es querer intimar con P. y no poder. Reboso de deseo cuando hay una distancia kilométrica que nos separa y hace físicamente imposible nuestro encuentro.
Hoy no escribiré sobre ninguna salida al exterior, sobre ningún mundo fascinante, ni sobre alegría, canto ni bailes. Hoy no existen las distracciones, solo un ensimismamiento en la imposibilidad. Conciencia pura de la realidad: me encuentro a más de catorce mil kilómetros de P., y a la cuenta regresiva aún le quedan dos meses. He evitado pensar en ello durante el mes pasado, la comunicación fluida con P. ayudaba bastante. Hoy siento que lo extraño.