lunes, abril 29, 2024

Dificultades para conciliar el sueño. Fantasías eróticas con P. Recuerdo cuando me preguntó si deseaba casarme. "Sí", le respondí irónicamente. A veces siento que estamos juntos, luego me encuentro sola y pienso que ya no volveré a verlo.
Comencé a leer la teoría de las necesidades de Maslow. Curioso, ¿no? Recuerdo la mano de S. en lo alto de mi espalda y su comentario en relación a mi cumpleaños número veinticuatro. R., por su parte, ya pensaba en el festejo. Me pregunto qué haré, aunque aún falta más de un mes.
Me detengo en los ojos cansados que se reflejan en el espejo. Me aturdo. Me imagino con ÉL en una sala de cine, entre libros o en cualquier lugar. Nos recuerdo besándonos en la calle, en un reencuentro apasionado. ¿Por qué persiste, hermoso, en mi mente?
¿Y si le escribo una carta a P.? ¿Y si nunca la lee? ¿Cómo hemos llegado a este punto? Dudo mucho de lo nuestro, honestamente.
Despierto luego del insomnio puro. Recuerdo mi primer acercamiento con P., envuelta en su seducción. Pensar que pronto se cumplirán dos años de aquel momento... Siempre me sentí tan insignificante, en cambio, él ni siquiera se considera bello. 
Sospecho que R. tenía razón: ¿estoy enfermando? Como de costumbre, lo oigo hablar con la señora X. Suelen llamarse al menos dos veces cada día. Envidio no poder conversar largo y tendido con ÉL. Debería aceptar que no tenemos ningún motivo que justifique tanta comunicación.
¿Lectura, puzle, ruidos, escritura, silencio, aburrimiento? Me pregunto cuánto tiempo más podré permanecer en aislamiento. Ahora temo que alguien venga dispuesto a herirme, sintiéndome nerviosa y al borde de la locura.