Una certeza me invade: debo mantenerme alejada de P. y renunciar al placer sensual. ¿Por qué me aferro al sufrimiento, como si no tuviera otra opción? ¿por qué resulta tan arduo trabajar mi dependencia emocional? No sufro por él ni por su ausencia, sino por mi soledad insoportable. Eso explica por qué estuve evadiéndome durante todo el día. Debo ignorar mi deseo de intimar carnalmente con él. ¿Por qué busco a alguien que no me ama? Espero que no vuelva, de lo contrario, pensaré que le importo.
Me pregunto por qué P. ocupa el lugar central en mis pensamientos y siempre retorno a él. ¿Siento amor, es deseo físico, es la incapacidad de tolerar que no me corresponda? ¿Por qué espero con ansias volver a verlo? ¿Por qué desearía que apareciera un día solo para besarme? Lo he dejado como me aconsejó A., pero no pensé que me sentiría así. No lo necesito, ni siquiera sabría sobre qué hablarle. Puedo ver al hombre real y todas sus falencias. Entonces, ¿por qué sufro? ¿Es por el contacto áspero con la realidad que me coloca en el mero lugar de objeto de deseo ante la aparición de una necesidad y luego no significo nada?
Intentaré refugiarme en el silencio de la noche, a lo sumo leeré a Lewis Carroll o escribiré sobre mis sentimientos. Estaré a solas conmigo misma, como lo estuve tres meses en un país lejano (¿de las maravillas?). Mencionando esto, desempolvé un mapa de Gibraltar. Recuerdo aquel día en el Peñón, con mis padres. Mi mirada se detiene en Catalan Bay. ¿Debería estudiar catalán o francés duramente? Supongo que haber pasado la primera hora de la madrugada escribiendo fue el antídoto para quitarme las lágrimas de los ojos y favorecer la aparición de mi sueño, tan alterado últimamente.
Ha pasado un mes desde mi llegada a Buenos Aires. Despierto angustiada, luego de soñarme en el exterior con mi madre, mi padre, R. y también N., una amistad de la infancia. Lo que envidiaba de N. era su relación con su madre separada. Fantasía afectuosa de ser reconocida y querida. Mi segundo pensamiento del día es el alejamiento de P., sintiendo que puedo desbordarme por esto (¿por qué? ¿por un hombre que desaparece constantemente de mi vida?). Renuncia, olvido, desapego de mi afecto. Trabajo arduo, enfoque en mi solitud y en sueños multitudinarios e infantiles. Sanación individual, debo retirarme de mi vínculo con P. para protegerme. Últimamente me siento identificada con Alicia en el país de las maravillas. ¿Sabrá A. las emociones que esto me despierta? ¿Habrá sido esa su intención? P. est de retour.