sábado, diciembre 28, 2024
viernes, diciembre 27, 2024
Un fantasma, o un rostro pálido y ojeroso frente al espejo. Entre las sombras, una herida sangrante en la frente. Agitada tras pocos pasos, me detengo a inhalar hondo. Un cansancio que se apodera de mí, a causa de la falta de alimento. Mi vista, nublada. Yo, perdida, muy perdida, como entre nubes grises. Me debato entre comer o aguantar algunas horas más. Sigue manando sangre desde mi cabeza.
Se hace de día y estoy sola, finalmente. En mis oídos, canciones románticas que aceleran mi llanto. Silencio, o ruido. Pintura. Palabras que aprietan mi sien como un cuchillo oxidado. Una buena idea: alimentarme antes de que interrumpan mi solitud. Pronto escucho las voces de V. y su pareja. Yo, distraída. Me miro al espejo, pues tendré que enfrentarlos. Un par de ojos que no dicen nada, mi pelo que refleja el desorden de mi mente, no mucho más. Ah, sí, el cuello de mi camiseta está empapado de lágrimas. Tengo que cambiarme y fingir, fingir que todo está bien. Mi sonrisa forzada, primero ante él, quien, sonriente, pregunta cómo estoy. Algo en mí se quiebra, y me alejo de su abrazo rápidamente. Por suerte, no estaba R., a quien no veo hace casi diez días.
¿Y ahora? Palabras amorosas cruzan mis sienes. Él, clavado en el centro de mi pecho. Mis ojos apresuran el temor de la pérdida. Mi amor, más inquebrantable que nunca. Somos uno ahora mismo, nuestros dedos enlazados en el silencio más agónico. El cuerpo que nos pesa y duele, fundidos simbióticamente. Él, que es tan mío, y tan dueño de mi persona. Él, que se aleja, y sin embargo sigue tan enraizado como si fuera otro de mis chakras. Sus palabras que me sangran en la frente, y sus labios que me besan con una ternura casi paternal. Él, que me quiere, que hasta me adora como si fuera una divinidad. Él, que no consigue apartar mi figura de su mente, mi mirada que lo ama y mi tacto que lo cuida. Ahora, que todo parece perdido e irrecuperable, trazamos el amor en una hoja desgastada. Ah, me pregunto si seremos capaces de querernos aún en las adversidades... Parada en una esquina, observando las agujas de un reloj eternamente detenido en una letra P.
miércoles, diciembre 25, 2024
martes, diciembre 24, 2024
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domingo, diciembre 22, 2024
sábado, diciembre 21, 2024
viernes, diciembre 20, 2024
jueves, diciembre 19, 2024
lunes, diciembre 16, 2024
sábado, diciembre 14, 2024
jueves, diciembre 12, 2024
miércoles, diciembre 11, 2024
lunes, diciembre 09, 2024
sábado, diciembre 07, 2024
miércoles, diciembre 04, 2024
domingo, diciembre 01, 2024
El Fin del Encanto.
sábado, noviembre 30, 2024
domingo, noviembre 24, 2024
miércoles, noviembre 20, 2024
miércoles, noviembre 13, 2024
martes, noviembre 12, 2024
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martes, octubre 29, 2024
martes, octubre 22, 2024
domingo, octubre 20, 2024
miércoles, octubre 16, 2024
martes, octubre 15, 2024
domingo, octubre 13, 2024
sábado, octubre 12, 2024
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miércoles, octubre 09, 2024
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sábado, octubre 05, 2024
miércoles, octubre 02, 2024
martes, octubre 01, 2024
lunes, septiembre 30, 2024
sábado, septiembre 28, 2024
jueves, septiembre 26, 2024
lunes, septiembre 23, 2024
- Despersonalización: cuando me enamoro, me fundo con la persona amada y me pierdo a mí misma.
- Me aferro constantemente, y esto me produce dolor. Lo extiendo más allá de la persona amada, también me sucede con escritoras, gustos musicales... Si no me aferro a estos salvavidas, me ahogo.
- Me entristece la falta de ternura. División de mis necesidades: el sexo está por un lado, pero la ternura es excesivamente necesaria para mí.
- ¿Si alguna vez se me demostró ternura antes? Sí, por supuesto; mediante gestos, actos, palabras. Pero no puedo recordar algo puntualmente.
- Los pensamientos obsesivos aparecen cuando deseo aquello que no puedo obtener.
- Puedo sostener las desregulaciones de J., un niñito impredecible. Esto es importante.
- Puedo afrontar momentos de solitud. Hoy, pasé al menos tres horas y media en absoluto silencio. Tomé aire, escribí los pensamientos que se me cruzaban por la cabeza, y miré el techo. Fue raro, algo incómodo. Acostumbro a llenarme de estímulos y un sinfín de tareas semanales, el tiempo contemplativo me asustaba.
- P. es mi único vínculo afectivo intenso. Es la única persona de la cual hablo en terapia, ya que no menciono a mis padres o a mi hermano.
- Cualquier vínculo amoroso me lleva a perder la identidad. Hoy hablé de P., también de N. Es un círculo vicioso. Si no estuviera P., me pasaría con otra persona.
- Mi deseo genuino es poder conversar con P. en algún momento, y tener un encuentro tierno.
- Cuando estoy sola, los pensamientos catastrofistas no existen. Quizá tengo alguna crisis, como la del jueves o viernes, pero después abundan las lucecitas de colores y los proyectos. Esto me resultaba impensado hace algunos meses.
- Tengo dos trabajos, hago terapia hace un año y un mes, estoy inmersa en un curso. Me gusta leer, ver un programa semanal de televisión, hacer yoga, estudiar francés e inglés. Tengo deseos de cuidarme, ya sea descansando o alimentándome. No pienso angustiosamente en una persona, sino en todo esto.
- Me siento muy bien emocionalmente. Lo único que me conflictúa es el presente con P., ya que me gustaría que fuera de otra manera.